miércoles, 16 de diciembre de 2009

Ese rostro es tan familiarmente extraño, tan ajeno y tan mio, al que la genética me obligó a llamar familia. Vaya contrafacción, la ironía del pensador, que se olvidó que la familiaridad y la familia no van de la mano.
FAMILIARMENTEAJENO-FAMILIARMENTEDESCONOCIDO.
Lo desconozco de toda la vida, hace mucho tiempo que nos estamos desconociendo, pero me gustaría tener menos tiempo para así conocerlo más...

Pero DEMASIADO es mucho tiempo